lunes, 29 de enero de 2007

Enemigo Interior: Diario 2

Día 3.
En la "Posta de los 7 Rayos", se desayunaba en silencio, únicamente "Jan", un Paladin de Sigmar, se atrevió a romperlo, se acerco al grupo de los tres aventureros que habían conseguido acabar con la banda de salteadores mutantes, y se presentó alavando su determinación frente al mal.
La diligencia, ahora solo con Gunnar como cochero, se preparaba para seguir, Jurgen fue invitado a ir delante con Gunnar y Masaon pudo entrar dentro de la diligencia, dada su actitud en el enfrentamiento del día anterior. Lady Isolda y sus 2 ayudantes habían marchado a primera hora en una diligencia, de mejor calidad, camino a Alford. Philippe D'Strees había desaparecido en la noche; solo Ernst, el supuesto mago, quedaba para acompañar a los aventureros en su camino.
Jan, siendo consciente de su misión en la vida, y sabiendo que el Imperio tiene fuente de gran corrupción, utilizó sus habilidades de detección del mal sobre el carruaje, para augurar un buen viaje. Grande fue su sorpresa, cuando detecto una presencia maligna, empeñándose un poco más empezó a limitarla hacia Ernst cuando, de repente, sus poderes se pararon; Ernst había usado un contraconjuro. Lo ocurrido enfrentó un poco a Jan con Ernst, sin embargo ninguno de los dos quiso darle más importancia.
El viaje a Alford se saldo con dos encuentros, un de ellos un tanto extravagante, un grupo de Sigmaritas (Flagelantes) avanzaba con paso procesionario hacia Middleheim. Karl arrojó unas cuantas monedas de cobre, y una mujer, ciega de fe, le correspondió con un pequeño y maloliente Talismán de Sigmar. El otro encuentro fue con unos Caballeros Pantera, una de las ordenes más famosa de caballería del Imperio, los caballeros intercambiaron unas palabras con Jurgen y continuaron su camino en busca de mutantes, el nuevo objetivo de la orden.
Alford apareció en el horizonte mientras el sol desaparecía, con media hora de caravana para entrar en sus murallas (por culpa de un nuevo impuesto) los aventureros llegaron al anochecer a la Konigplatz.
Es ahí, en la plaza central de Alford, donde los ventureros tienen su primer encuentro con los peligros de una gran ciudad, Jan y Karl fueron robados por unos profesionales raterillos de apenas 10 años... sorprendidos y enfadas fueron a cobrar la recompensa que el guardia de Caminos le habia proporcionado al ver como habían matado a los mutantes. Una vez cobrada la recompensa (y visto la cantidad de "buscados" que existen en el Imperio) fueron en busca de una buena posada en un barrio de nivel medio, intentando evitar así, los problemas con bajos fondos y sociedades de ladrones o asesinos.


La posada a la que entrar es tranquila y no está muy llena, los cuatro se sientan en una mesa del piso superior y piden dos habitaciones dobles y una cena frugal y abundante. La noche empieza a discurrir bien, pero algo presagia problemas, dos parroquianos, empiezan ha hacer señas extrañas a Karl, este confundido, intentan acercarse a los dos hombres , pero huyen de él, como si no lo conociesen y no quisieran problemas.
Al poco tiempo, la posada se queda en silencio, y un hombre fuerte, vestido de negro con capa y peto de cuero, entra y sube hasta el piso de los aventureros. Max, el asesino, se murmura por la posada...

Entrada la noche, dos nobles con ganas de bronca empiezan a sobrepasarse con una mujer, nadie hace nada. Jan no puede morderse la lengua y baja para calmar la situación, Masao le acompaña. Max, el asesino se levanta y Jurgen alcanza a ver un pequeña ballesta apuntando donde los nobles, Jan y Masao. El ambiente se tensa, Jurgen mira fijamente a Max, Max le mantiene la mirada. Jan no parece poder interceder entre los nobles, el posadero pide que no pase nada. Masao toma posiciones, pero finalmente Jan, exclamando que invita al mejor vino de la posada a todo el mundo, logra relajar el ambiente y que la mujer se pueda marchar a casa sin tener que ofrecerse a los nobles. La actitud de Jan no deja indiferentes a sus compañeros los cuales miran sus bolsas de ros y ven que con dificultad pueden llegar a sumar apenas 70 monedas de oro.

Día 4
A la mañana siguiente, Jan encuentra un escudo pavés a sus pies de la cama, Masao, su compañero de cuarto, le indica que tal vez sea un regalo de su dios: Sigmar. Mientras desayunan, el posadero se inquieta, la botella que Jan encargó anoche, era de valor de 100 monedas de oro, y Jan no hace muestras de pagarla. Mientras se piensa como afrontar la situación, Karl observa un cartel que les informa que en Bogenhaffen va a ver una feria de ganado dentro de 3 días, por lo que piensan que ir en un barco les permitirá llegar a tiempo para ver la fiesta.
Cuando finalmente Jan se pone a hablar con el posadero e intentar regatear la botella, descubre que el posadero no cede y de que deberá vender parte de sus pertenencias para poder afrontar la cuenta. Jan da a Jurgen el escudo pavés (que ahora asocia con el bulto que Masao llevaba los días anteriores) y piensa que lo mejor es que se venda. Mientras Jurgen vende los objetos, Karl va a buscar pasaje en los muelles para ir a Bogenhaffen, y Masao va en busca de hierbas curativas al mercado de la ciudad. Todos queda a la hora de comer en los muelles. Jurgen vende el escudo por 500 monedas de oro y recoge a Jan de la posada, Masao compra unas cuantas hierbas, pero Karl es aporreado y pierde la consciencia. La han atracado por segunda vez en Alford en menos de 24 horas.
El grupo se impacienta al ver que Karl no llega a la cita, por lo que deciden separar y que Jan se quede para ver si llega Karl, aunque sea tarde. Cuando todos se marchas, Jan con la mirada puesta en ninguna parte, empieza a mirar un carte de "Se Busca" pero inmediatamente se pone tenso, Es su rostro el que aparece, ¡Le acusan de la muerte de 2 nobles!
Masao mientras busca a Karl sufre un accidente en los muelles pero gracias a eso, conoce a Josef, un mercader que quiere ir a Bogenhafen, para vender parte de su mercancía. Acto seguido se encuentra con Jurgen, el cual ha estado viendo teatro callejero, y a la vez ven en un vertedero a Karl, le han quitado el oro, pero nada mas. Una vez encontrado a Karl, se junta todo e intercambian la información, disfrazan a Jan para evitar que le detengan y se dirigen al barco de Josef.

Sin embargo una vez mas, a Karl le vuelve ha hacer señas, esta vez irritado lanza un conjuro de dormir, para poder saber que está ocurriendo. Al intentar despertar al hombre dormido, Karl no puede evitar, sin resultar sospechoso delante de todo el muelle, que se escape. Salen detrás de él pero sin éxito, se pierde y se encuentra en una calle donde un niño está pidiendo ayuda, pues se ha perdido. Karl, suspicaz y harto de sucesos peligrosos, se vuelve invisible con uno de sus conjuros. Sin embargo, Masao si logra seguir al hombre, que le conduce a una casa; una vez memorizada, sale al encuentro nuevamente de sus amigos al muelle. Ya habrá tiempo para eso en otro momento.
Masao presenta a Josef y este, acuerda llevarles a Bogehaffen a cambio de que le echen una mano con la carga y el barco. Aceptado el acuerdo salen río abajo hacia el canal de Weisbruck.
Por la noche, Jan detecta un ser maligno en una de las cajas de mercancía, deciden hacer guardia junto a Josef, pero unas terribles pesadillas les atacan a la noche...

Día 5
A la mañana, Karl se encarga de pilotar el barco mientras Josef duerme y acuerda los 4 aventureros en ir al almacén y abrir la caja que contiene esa presencia detectada por Jan. Por desgracia, los planes les salen mal, Karl, en una de las exclusa del canal, choca y tiene que invertir toda la tarde en arreglar el barco. Al anochecer, una vez fuera del canal, mientras Josef prepara la cena, el grupo entran en la zona de carga con las armas desenfundadas.
Empiezan a rodear la caja, de tamaño grande, mientras leen la procedencia de la mercancía.
Silvania.
"Tierra de vampiros" dice Jurge. Pero no les da tiempo ha hacer más, silenciosamente una niebla se ha sido filtrando de la caja y a sus espaldas algo se está volviendo corpóreo, no tiene tiempo mas que desenfundar sus armas cuando un vampiro, vestido a la forma clásica de los cuentos, se les hecha encima.
Jan es el primero en sufrir la ira del vampiro al perder energía vital con su toque. Los aventureros desesperados intentan rodearle pero se dan cuenta que sus armas dificilmente puede hacerles daño, Karl invoca un proyectil mágico que impacta en el vampiro haciendo crecer su ira frente al grupo, este carga hacia Karl. Masao intenta parar a golpes , reza a su dios, y con gran fortuna, consigue un golpe mortal seguido de otro, el vampiro no puede creer que las manos de un humano le hagan daño. Masao recibe fuertes impactos del vampiro, a la vez que siente como su vida se va con cada uno de ellos... pero Jurgen, consciente de que no puede hacer nada con su espada, recurre a su arco mágico, que, aunque con dificultad por el espacio, logra insertarle una flecha en el pecho con lo que lleva a la las cenizas al vampiro.
Josef aparece y no puede dar crédito a la historia que les cuentan, apenado por creer que es culpa suya, les tiende la mano como un amigo y compañero, deciden no pisar tierra en Weissbruk y continuar rió abajo, a la vez que recuperan fuerzas.

Mientras Karl cierra los ojos piensa el la fortuna que le espera en Bogenhaffen, aunque una duda le surje nunca ha oído hablar de los Lieberung como Baronia, de hecho nunca ha oído hablar del pueblo al que hacen referencia... ni Jurgen, ni sus compañeros... ¿por que alguien engañaría a Kastor Lieberung sobre una herencia en Bogenhaffen?como sea una trampa correrá la sangre pues pensarán que Karl es Kastor...
Jurgen afila su espada buscando respuestas...

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